Ser verdaderos creadores
Reclinar la cabeza en su regazo
Una Madre fuerte
Tocando con la punta
de mis dedos la túnica de Cristo
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Una Madre fuerte
"Una madre fuerte, como Tú, puede sostener dos niños
al mismo tiempo, uno en cada brazo (...). Con el izquierdo, sostienes
al Niño Jesús, y nos pides que nos dejemos tomar por Tí
con el brazo derecho. Y así, quien está en tus brazos, cobijado
en tu Reino de amor maternal, ha conquistado también el Reino de
tu Hijo - porque El está siempre entregado filialmente a Tí,
reinando en tu corazón -." (27.05.1958).
En muchas formulaciones de Mario respecto de su madre y de la Virgen se
puede constatar una cercanía palpable. El modo como se dirige a
su "Madrecita" en el diario de vida, refleja su constante y
natural contacto hacia ella, como hacia una madre biológica. Esta
especial relación no provino por si sola. Mario consigna el 27.12.1956
en su diario de vida: "Madrecita, sin duda que yo intuitivamente
te comprendí a Tí a través de ella, y que gracias
al amor que ella me tenía y el que yo le profesaba, me fue perfectamente
natural amarte a Tí también con esa intimidad, serenidad
y respeto que habla de mis relaciones con ella (...). Ella fue, en muchísimas
cosas, un reflejo notable de tus perfecciones".
Algunas líneas más adelante toma conciencia que no desea
póstumamente glorificar los recuerdos de su madre. El también
conoció perfectamente sus debilidades. El solo hecho que ella no
lo introdujera al mundo de la fe pesaba mucho. Es muy posible, que si
no hubiera conocido Schoenstatt su vida hubiese transcurrido burguesa,
cómoda y sin fe vívida.
No obstante, mediante su estilo femenino y maternal, a través del
trato que daba a sus hijos y esposo y como con su amor natural y desinteresado
procuraba mantener unida a la familia, con ello marcando en forma sutil
la dirección, depositó en Mario el fundamento para su amor
por
la Virgen. Un gran regalo para su fe.
Muchas veces tomamos conciencia de este tipo de cariño cuando se
pierde a la persona, que se nos ha obsequiado tan generosamente. En la
relación de Mario hacia su madre, a quien perdió a la edad
de 25 años, fue así. En este punto deseamos hacer un llamado
a tomar conciencia de este tipo de regalos y a manifestar nuestro agradecimiento
a quienes nos aman. En lo posible antes que fallezcan.
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